Los retoños del Sol. Ibón de Tramacastilla. Fotografía de Mª Victoria Trigo |
El señor Jacinto nos llevó un día a un ibón, uno de los muchos que hay en la provincia de Huesca. Al llegar junto al agua se puso en cuclillas al lado de dos carlinas y me dijo: “Aquí tienes un par de retoños del sol. Como son algo tímidos, seguro que los ha enviado esta noche para que se bañaran sin ser vistos por los humanos. Al amanecer, cansados de chapotear y de jugar con algún tritón, se han tendido a secarse en la hierba”
Mi padre sacó la cámara y fotografió a esas dos criaturas que me miraban con retinas grandiosas y amarillas. Yo no sabía si creer del todo al señor Jacinto, pero lo cierto es que allí, a mis pies, había dos estrellas vegetales que bien podrían ser hijas del mismísimo sol.
Así comprendí que en el alto Aragón antaño utilizaran las carlinas como elementos decorativos y protectores, porque nada puede haber más bello y positivo para una casa, que dejar que en ella anide la luz.
Autora: Victoria Trigo Bello
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