Fotografias III Concurso Hueca compartir emociones"

RELATOS TURISMO VERDE HUESCA

Fotogrfías presentadas al III concurso "Huesca compartir emociones"

Relatos presentados al IV concurso de Microrrelatos Turismo Verde Huesca.



miércoles, 30 de junio de 2010

ESPEJISMO

Era una deliciosa mañana de mediados de junio, en la que el verano, como huésped inesperado, llamaba ya con voz imperiosa, para irrumpir con todo su fulgor en aquel dormido valle de la provincia de Huesca.

De la misma manera, también yo, tras el hastío del letargo invernal, esperaba una gran eclosión, de naturaleza aún por determinar.

Tras abandonar la bucólica casa rural en la que me alojaba, me acerqué al pie de aquella majestuosa cascada, totalmente pertrechada como experta escaladora y dispuesta e emprender aquella temida ascensión que había de llevarme a terrenos ignotos de mi alma.

Jamás había hecho una ferrata y era la primera vez que me colocaba un arnés; pero esta vez, acometía el desafío, aunque ávida de emociones como acostumbraba, con el pensamiento más alto y el espíritu más limpio. Sólo el estruendo de aquellas desaforadas aguas podían acallar el clamor de mi inquieto corazón.

Inicié la subida. Trepé por las clavijas, quedé pendida de la volátil escalerilla, penetré en la oscura cueva, arribé a una pequeña playa de aguas azul turquesa, atravesé el escarpado barranco tambaleándome por el estrecho tronco, me deslicé por paredes verticales, avisté desde el promontorio toda la profundidad de aquel extenso valle, cual ave que busca la presa, y finalmente, llegué a una verde y sombreada pradera, donde los pajarillos me daban la bienvenida con cálidos gorjeos.

Por supuesto no iba sola. De otra manera no hubiera podido conseguirlo. Él estuvo conmigo desde el principio. Me equipó, me guió, me animó, me ayudó, me atendió, me esperó, me fotografió, me sonrió, me abrazó y finalmente, me rechazó.

Sedienta de tantas cosas como estaba, aquel exuberante espejismo había acabado por hipnotizarme.

Pero no hablemos más de él. Esa sería otra historia. Quizás la única historia posible. Quizás la única historia verdadera. Aunque felizmente para mí, y quién sabe si también para él, inacabada.





Anónima

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